viernes, 17 de enero de 2014

CRÓNICA DE LOS POBRES AMANTES (Cronache di poveri amanti de Carlo Lizzani, 1954)

Comenzamos la nueva temporada en el blog volviendo la mirada atrás para repasar alguno de los cineastas desaparecidos en 2013. En octubre, en Roma, falleció a la edad de noventa y un años, Carlo Lizzani, un director italiano no demasiado conocido en nuestro país que, sin embargo, fue responsable de alrededor de setenta películas y más de cuarenta guiones. Para recordarlo, nada mejor que comentar la que para nosotros fue su mejor cinta.

 





















Crónica de los pobres amantes, al margen de su calidad, posee una considerable importancia histórica. Situada en pleno auge del neorrealismo, fue el paradigma de “la etapa de la crónica”, así llamada por el teórico del movimiento, Guido Aristrarco. Una fase del nuevo cine nacido en Italia que se caracterizaba por narrar un hecho histórico de la mano de situaciones cotidianas. Lizzani se basó en el buen recurso de guión en el que varios personajes asociados a algún barrio, edificio o calle, se enfrentan entre sí para reflejar los distintos aspectos de la sociedad del momento. Algo que recogería nuestro cine patrio en varias cintas de los cincuenta y sesenta; quizás con Mi Calle (Edgar Neville, 1960) al frente de todas ellas.

En Crónica de los pobres amantes, Lizzani rueda con el estilo que ayudó a crear junto a los grandes autores del movimiento —recordamos su participación en los guiones de películas tan importantes como Alemania, año cero (Germania, anno zero de Roberto Rossellini, 1948) y Arroz amargo (Riso Amaro de Giuseppe de Santis, 1949)— y se rodea de nuevos actores (alguno de ellos tendrá una carrera tan espectacular como Marcello Mastroianni que no explotará hasta el año siguiente en La Ladrona, su padre y el taxista de Alessandro Blasetti) para crear este microcosmos de un barrio florentino en pleno auge del fascismo. Lizzani había tomado buena nota de su anterior proyecto, la participación en aquel fantástico largometraje, una suma de cortos que se llamó Amor en la ciudad (L’amore in citta, 1953), donde formó parte de un equipo de jóvenes cineastas que prometían mucho: estaban Antonioni, Fellini, Risi, Lattuada, Mazelli y el propio inspirador del neorrealismo Cesare Zavattini; casi nada.


La cinta, decimos, es un retrato de la Italia de los años veinte a través de los vecinos de un edificio humilde de Florencia. Una película coral con personajes representativos de la sociedad de esos años: los reprobables fascistas; los delincuentes comunes unidos al mejor postor; las prostitutas; los jóvenes amantes, al principio poco comprometidos políticamente, pero enseguida tomando partido; los antifascistas en una época muy poco agraciada con ellos; la policía apoyando con su pasividad a los seguidores del dictador; la usurera que se aprovecha de unos y otros y, finalmente, las personas que sólo quieren vivir en paz y ganarse el pan con un trabajo honrado, pero que, igual que la propia Italia, no salen adelante por culpa de unos tiempo convulsos.


Con un arranque melodramático, incluso cómico, con algunos conflictos y triángulos amorosos, poco a poco la trama se ve abocada a la tragedia bélica. El director nos lleva desde lo cotidiano a lo dramático como si la propia historia reciente de Italia —el fascismo— fuera una broma pesada que se salió de madre. Lizzani destaca sobre todo por la dirección de actores, por lograr un clima realista que brilla especialmente en las escenas nocturnas. Así, es sobresaliente la secuencia en la que los fascistas salen de noche de "caza" para vengarse de la muerte de uno de los suyos.

El filme tuvo un gran éxito en el festival de Cannes de 1954, donde se llevó un premio importante, pero fue incomprensiblemente atacada por el gobierno italiano de la época. Nosotros la recomendamos efusivamente y nos apoyamos en ella para rendir un merecido tributo al buen realizador que fue Carlo Lizzani.

Ver Ficha de Crónica de los pobres amantes.


Y pronto..., "Cenizas para un blues".

16 comentarios:

  1. Es lamentable lo que te voy a decir, pero cuando describes la trama de la película no puedo dejar de pensar en mi realidad venezolana...¡Dios mío que no se repita en mi terruño esa historia!
    En cuanto a la concepción del neorealismo, es una forma ahora muy recurrida en la literatura, sobre todo en el cuento.

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    1. En la Italia fascista mucha gente no tomó partido, y ese precisamente es el problema, cuando te es indiferente todo lo que pasa a tu alrededor. La inmensa mayoría es la única que puede parar las tiranías. No lo hicieron con Mussolini ni tampoco con Hitler, y así nos fue.

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  2. No conocía la peli, sí alguna de aquellas en las que participó como guionista.

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    1. Lizzani no tuvo tanto éxito como sus compañeros, pero participó activamente en el movimiento. Esta película que comento da una idea de lo buen realizador que era.

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  3. Otra que no conocía, Ethan. El Neorealismo, de lo poco que he visto de él, siempre me ha parecido interesante. Es más, en el cine de hoy echo un poco en falta algo de ese cine. Y me da vértigo un director que con tanto currículum no me suene ni recuerde. Que vasto es el cine.
    Saludos.

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    1. Eso es lo bueno: descubrir directores como Lizzani. Esto no acaba nunca...
      Saludos

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  4. Conocía el libro, pero no la película, y pues la anoto. También ahondaré más en ese director italiano. He visto 2 o 3 películas que me interesan de él. Buen tributo. Saludos.

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    1. Quizás esta película y "El proceso de Verona" sean las mejores de Lizzani.
      Saludos

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  5. Esta película es para mí tan solo un título que he oído citado con frecuencia, nada más, al menos hasta ahora, que es ya también, gracias a tu reseña, una historia a la que me gustaría acercarme. Aunque confieso que soy más de Berlanga o de Ferreri que del Neorrealismo italiano. Un saludo.

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  6. Si hacemos alguna comparación con el cine español, la película que más se acerca a lo que propone Lizzani es la de Edgar Neville en "Mi Calle", aunque el director español deja correr el tiempo por la cinta y hace un retrato de la mitad del siglo veinte, mientras que Lizzani se centra en el período fascista de entreguerras.
    Un abrazo.

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  7. Hola amigo Ethan,siento mucho mi ausencia...pero ya estoy de vuelta,dispuesto a debatir,opinar,divertirse y aprender.
    Recuerdo ver de Lizzani "El proceso verona",que me gusto y una de Musollini
    que trabajaba Rod Stieger,que tambien me gusto,pero me la apunto..
    Un abrazo

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    1. Alegría verte de nuevo. "El proceso de Verona" ya ha sido nombrada por aquí, y es que Lizzani evolucionó como el propio movimiento neorrealista para formar parte de los directores que contaron la historia de una forma nueva, con las herramientas del realismo.
      Un abrazo.

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  8. No he visto la película ni me suena el nombre de su director, pero seguro que merece la pena: lo que cuentas de ella y las otras referencias cinematográficas que da, lo aseguran.
    Saludos.

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    1. Uno de tantos directores cuya obra no salió más allá de las fronteras de su país, salvo algunas películas, las que hemos nombrado. Saludos.

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  9. La novela de Vasco Pratolini es recomendable. El eterno asunto; Literatura/cine.

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    1. No la he leído, pero si desarrolla la trama de la película, que supongo que sí, será un libro muy atractivo.

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