lunes, 9 de enero de 2017

CINE FÓRUM: LAS MODELOS (Cover Girl de Charles Vidor, 1944)

El nombre de Charles Vidor y el de Rita Hayworth permanecerán unidos en la memoria cinéfila colectiva gracias a Gilda (1946), película legendaria donde las haya. Sin embargo, un par de años antes el director y la actriz ya habían trabajado juntos en un estupendo musical del que vamos a hablar a continuación:























Como ocurrió con la mayoría de estudios en plena contienda mundial, la Columbia también se apuntó a la serie de películas cuyo objetivo era el entretenimiento de la retaguardia, de los que se habían quedado en casa. Se trataba de musicales, comedias o cintas de aventuras donde el color era tan brillante como las estrellas que los protagonizaban.

La compañía de los hermanos Cohn lo tenía complicado para competir con los musicales de la Metro Goldwyn Mayer y con las cintas a todo color de la Fox (estudio que se destacó en el escapismo para tiempos de guerra); pero gracias a su política de cesión de profesionales (en este caso la Columbia consiguió que la Metro le cediera a Gene Kelly) logró algún que otro éxito en esta faceta, como el obtenido por Las modelos.

La película es un convencional musical backstage, pero con una original estructura debido a la doble historia que se cuenta, una en el presente y otra en el pasado; ambas con Rita Hayworth como protagonista, y ambas con el mismo tema: el de tener que elegir entre la fama —y el dinero que lleva consigo— o el amor. En realidad el argumento es una variante de la típica trama de “Ha nacido una estrella”, donde Gene Kelly es el modesto empresario enamorado de Rita, y ella es la cantante emergente a la que quiere contratar el tercero en discordia: un potentado del mundo del espectáculo.


No obstante, la propaganda bélica se deja sentir con fuerza. Así, en la película se habla de la escasez de alimentos y de la necesidad de “machacar” al régimen nazi; en el número final se aprovecha para publicitar la venta de bonos; e incluso el propio Gene Kelly hace de sí mismo en un momento determinado de la ficción cuando se une a un grupo de artistas cuyo objetivo es divertir a los soldados que combaten en el frente.

Aunque el realizador del filme, Charles Vidor, no era de los directores musicales de primer nivel (como Vincente Minnelli, Stanley Donen o el propio Kelly), los números de la película sí se encuentran a la altura de los grandes musicales. Destaca el famoso tema “Long ago and far away”, que canta Rita Hayworth, que fue nominado al Óscar, y que resultó todo un éxito en Estados Unidos y en el mundo entero, una canción que ha sido versionada en multitud de ocasiones. También son notables, por su originalidad, el número “Alter-ego dance”, donde Gene Kelly baila con su propio reflejo en un escaparate; y el simpático “Poor John”, donde la Rita del pasado se ríe de su prometido con una divertida canción y un no menos gracioso baile.



Todos esos números son una maravilla, no obstante, nuestro  preferido es “Make way for tomorrow”, interpretado por el trío formado por Kelly, Rita y Phil Silvers. Es el número que ahora vamos a analizar:



La secuencia comienza en el bar después de que el trío de amigos abran sus ostras como es costumbre y descubran que no hay perlas en ellas, “quizás mañana cambie la fortuna” dicen a una y comienzan a cantar y bailar dentro del local. En esta primera parte hay música diegética pues alguien les acompaña al piano, y se puede decir que la escena pertenece al género tradicional. Sin embargo el resto de la secuencia, la que tiene lugar en el exterior, tiene mucho de musical moderno. Hay que recordar que la transformación fundamental surgió ese mismo año con el estreno de la coetánea Cita en San Luís (Meet Me in St. Louis, Vincente Minnelli, 1944). En ese filme y en los que vinieron después los personajes que cantaban y bailaban ya no eran artistas, sino gente de la calle, y los números surgían de forma espontánea sin necesidad de formar parte de una revista o de una actuación ante el público.

La segunda parte de la secuencia tiene lugar cuando Gene, Rita y Phil cogen unos instrumentos de fortuna y salen al exterior para recrear diversas acciones como las de la marcha militar del 4 de julio o la de un bote de remos hundiéndose. La canción sugiere que no hay que ceder a la tristeza, que hay que levantarse ante cualquier contratiempo y seguir adelante. Por cierto un tema muy adecuado para la época (nótense los sacos terreros de la calle que subrayan que estamos en guerra). La coreografía representa esa idea con pequeñas subtramas que demuestran que se puede narrar con el baile. Sin duda otro signo de que el musical se estaba haciendo adulto.

La tercera y última parte arranca con el encuentro con el policía. Al parecer toda esta escena rodada en la calle fue dirigida por Gene Kelly y se compone de travellings encadenados, algunos bastantes largos. El número ha vuelto a cambiar y ahora los tres amigos interaccionan con otros personajes que van apareciendo sucesivamente: el policía, una pareja besándose en un portal, el lechero y un borracho. Los dos últimos incluso se integran en la acción y forman parte de la coreografía que continúa imitando diversos oficios o acciones, como la de montar a caballo o bailar una danza india, ahora ya totalmente disparatados, de hecho han dejado de cantar, ya solo suena la música sin letra y por tanto sin un tema al que dedicar el baile.   

El número que acabamos de ver fue compuesto por los prestigiosos Jerome Kern e Ira Gershwin y fue fotografiado por Rudolph Maté que obtuvo una nominación al Óscar; premio que finalmente se llevó la banda sonora de todo el filme.



10 comentarios:

  1. Deliciosa escena. No hay empacho en dejar que los decorados parezcan lo que son, lo que se busca es otra cosa, puro divertimento, con una trabajada coreografía y unos actores que bailan como los ángeles. Se le van a uno los pies sin querer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo mejor de todo es que el atrezzo sirve para cosas diferentes: un par de remos son violonchelos, una papelera es un tam tam, o un par de palillos una flauta. El decorado es sólo la base para que se desate la locura de la imaginación. Para mí este número es una obra maestra.

      Eliminar
  2. Amo a Gene kelly, lo amo, y esta pelicula me encanta. El baile con su alter ego es simplemente magia en movimiento y posible solo por la gran memoria de todos los pasos y control del cuerpo que tenia kelly. Todo perfectamente marcado. Que lindo que se hable de esta cinta! no es de sus musicales mas comentados y sin embargo el reparto es estelar. Me encanta la costumbre de ellos de comer ostras para ver si le toca la perla entre tanto :) besos y nos leemos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Iba a poner también el baile con su otro yo, pero esta secuencia me parece la mejor de toda la cinta: están todos los protagonistas, hay canción, baile y se da rienda suelta a la imaginación.
      Lo de las ostras es genial. El barman se queja de que nunca se las comen, (no les gustan jajaja) sólo las piden para ver si encuentran una perla.
      Besos.

      Eliminar
  3. Desde luego, es uno de los más reputados musicales hollywoodenses de los años cuarenta (ya se apunta en el post que fue diseñado para mantener la moral del personal en tiempos de guerra) cuyos méritos, para un servidor, se centran mayormente en los números a cargo de Gene Kelly. Por ejemplo, aclaro que el mejor momento de la película, el baile nocturno con su alter ego, fue diseñado y dirigido por el jovencísimo aspirante a realizador Stanley Donen (¡aún no había cumplido los veinte años cuando lo rodó!). Ah! y por supuesto en la estimulante presencia de Rita Hayworth.
    El número musical elegido aquí para su análisis, “Make way for tomorrow”, me parece un claro precedente (sin pulir) de lo que luego harían juntos Donen y Kelly. Lo que nos llevaría, sobre todo, a los que jalonan "SIEMPRE HACE BUEN TIEMPO" donde se utilizan diversos elementos callejeros para incorporarlos de manera "lógica" al número.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahí estaban ya, en mayor o menor medida, todas las bases del musical moderno. También los dos, que junto a Vincente Minnelli, lo inventaron: Gene Kelly y, en la sombra, Stanley Donen.
      La Columbia se servía de la Metro (como hizo en varias ocasiones) para dar su do de pecho en años difíciles de guerra. No obstante, la cesión de Gene Kelly no les salió gratis: la Columbia tuvo que ceder a su vez los derechos a la Metro de lo que luego sería el musical "Best Foot Forward".
      Saludos.

      Eliminar
  4. ¡Qué alegría destilan esas imágenes! Ese juego con los elementos de la calle y el sonido del claqué en la acera. ¡Tenían alas en los pìes! Parece fácil..pero sí sí..;)
    Tomo nota porque no la he visto.

    Un abrazo, Ethan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como dicen más arriba, se te van los pies sin querer viendo la película. En el segmento del baile con el lechero la velocidad de pies y la sincronización de todos ellos (del lechero también)es impresionante. Es verdad que parece sencillo, pero debían ser horas y horas de ensayo hasta que todo salía rodado y por fin daba la impresión de que bailar era tan fácil como caminar. El tema de la canción era en realidad ese: tómate la vida con alegría y pasa de las desgracias. Desde luego, no hay mejor medicina cuando uno está deprimido que ver una de estas películas.
      Abrazos.

      Eliminar
  5. El musical clásico americano tiene la capacidad, como ningún otro género en ninguna otra época, de transmitir felicidad, porque ese ponerse a cantar y a bailar de pronto enlaza con el niño que fuimos, es pura manifestación de la alegría desatada, es informal, poco seria: es poco adulta. Y Gene Kelly es uno de los más grandes genios de este bendito arte del cine, además del amigo que todos hubiéramos querido tener. Tenía dificultades para recordar exactamente Las modelos, pero la mención a la apertura ritual de las ostras me la ha traído a la cabeza casi enterita. Maravillosa.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente cierto la alegría que transmiten estas películas. Además, en cualquiera de las épocas por las que atravesó el musical americano. Desde las primeras cintas de Astaire-Rogers en los treinta hasta los números innovadores de Kelly-Donen, o de Minnelli, en los cincuenta. Y en el medio maravillas como esta.
      Abrazos.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...