lunes, 31 de marzo de 2014

EL AUTOREMAKE EN EL CINE: CAPÍTULO IV (I)

A modo de adelanto del libro El Autoremake en el cine. ¿Obsesión o repetición?, y atendiendo a las peticiones mayoriatorias de los lectores, hoy ofrecemos la primera parte del primer epígrafe del capítulo dedicado a Howard Hawks:




IV

HOWARD HAWKS

—In case you make up your mind, I left my door open. Get a good night's sleep.
—You're not helping me any.
Feathers (Angie Dickinson) insinuándose al sheriff John T. Chance (John Wayne) en Río Bravo (1959).


4.1. Blancanieves y los ocho enanitos.
4.1.1. Bola de fuego (Ball of Fire de Howard Hawks, 1941).

Con Howard Hawks, igual que con Capra, nos enfrentamos a una obra compacta, redundante y consecuente, repleta de excelentes películas. Hawks también recurrió a una repetición sistemática de argumentos y personajes para resolver la mayoría de sus largometrajes. Vista en su conjunto, la filmografía de Hawks se nutre de distintas variaciones de un par de estructuras básicas. En opinión de Francisco Perales, “muchos son remakes encubiertos, que el director repetía sin el menor pudor, sólo las variaciones, el punto de vista y ciertos matices cambiaban y transformaban los resultados” (2005, p.125). Por tanto, de nuevo nos encontramos con una obra con continuas autorreferencias, cuyas cintas, todas ellas, se­rían objeto de análisis en el presente ensayo. A diferencia de lo que sucede con el director siciliano, donde los filmes suelen seguir una misma línea argumental, los de Hawks dependen del género: los dramáticos, de aventuras o westerns mantienen una organización determinada, mientras que las comedias se decantan por otra. Resolveremos nuestro problema empleando la misma política que utilizamos con Frank Capra, la de estudiar unas pocas cintas incluyendo en el análisis menciones transversales al resto de la filmografía. Para atender a las dos corrientes predominantes en el cine de Hawks, primero comentaremos Bola de fuego, y así haremos referencia a las comedias y a la única película que Hawks admitió haber repetido, para más tarde adentrarnos en el trío de westerns que dirigió en su última etapa, todos representativos de la estructura utilizada en la mayoría de sus películas dramáticas, claros ejemplos de lo que Perales llama remakes encubiertos.






Como hemos visto, Capra fue un director personal, sobre todo a partir del momento en que pudo encadenar una serie de éxitos. Siempre intentó seguir una temática determinada y la mayoría de las veces fue el productor de sus propias películas. Su slogan preferido, con el que se identificaba, era “un hombre, un filme”, la frase a la que siempre recurría para defender el papel de director como verdadero autor. Sin embargo, para poder continuar con su trabajo, Capra tuvo que claudicar al final de su carrera y perdió el control de lo que hacía en beneficio de otros intereses comerciales. Con Howard Hawks, otro de los pocos “autores” del cine clásico, sucedió algo parecido, sólo que él casi nunca renunció a producir las películas que que­ría, a contar las historias que le apetecía contar y, lo más importante, a contarlas como las quería contar, controlando todos los aspectos de la producción, desde la elaboración del guión hasta el montaje, algo que luego imitarían los jóvenes cineastas europeos de las nuevas olas. 

Howard Winchester Hawks nació en Goshen, Indiana, pero pasó su infancia y juventud en San Francisco. De familia acomodada, estudió ingeniería en la Universidad de Cornell, en Nueva York, se aficionó a los automóviles, donde llegó a ser piloto de carreras, y se alistó en las fuerzas aéreas durante la I Guerra Mundial. Siempre se movió en ambientes intelectuales y conoció a distintos autores que luego colaborarían con él en sus películas. Entre sus amigos figuraban escritores de la talla de Hemingway o Faulkner. De los años en los que estuvo conduciendo y diseñando coches, y de su experiencia como piloto de aviación, saldrían historias que trasladaría a la gran pantalla décadas más tarde.[1]

 Hawks pronto entró en el mundo del cine: fue en la época estival mientras estudiaba en Cornell cuando trabajó en los estudios de la Famous Players- Lasky como utilero. Allí llegó a ser asistente de DeMille y a trabajar para Mary Pickford que se convirtió en su protectora. De la Paramount, donde ejerció de guionista, [2] pasó a la Fox para escribir ya sus propias historias a partir de 1925, el año de su debut como director de cine con The Road to Glory (1926). A Hawks le bastaron tan sólo cuatro años para ganarse la admiración de todos. Un éxito tras otro, [3] más la llegada del sonoro, le proporcionaron la oportunidad de desligarse de la Fox para comenzar una etapa como director independiente que duró hasta el final de su carrera. Desde entonces (1930), Hawks controló siempre sus producciones: durante los diez primeros años las solía ofrecer a los grandes estudios para su financiación, pero a partir de los cuarenta ya sólo necesitó a las majors para la distribución.

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[1] Películas de aviación como Por la ruta de los cielos, La escuadrilla del amanecer, Vivamos hoy, Águilas heroicas, Air ForceSólo los ángeles tienen alas. De su experiencia en carreras de automóviles son deudoras The Road to Glory, Avidez de tragedia y Peligro… Línea 7.000. 
[2] En la Paramount escribió cerca de cuarenta guiones, pero no consiguió que le permitieran dirigir ninguno. Un directivo de la Fox fue el que le propuso en 1925 realizar su primer filme y el que le convenció para dejar el estudio de Zukor.
[3] En especial el de una de las cintas más aclamadas de Hawks: Una novia en cada puerto (A Girl in Every Port, 1928).



miércoles, 19 de marzo de 2014

EL AUTOREMAKE EN EL CINE. ¿Obsesión o Repetición?


Hoy, de nuevo, nos dirigimos a nuestros lectores para presentar un libro en el, posiblemente, mes de marzo más agitado que hayamos tenido en los últimos años. En esta ocasión nos centramos en la temática del blog, el cine, para abordar un asunto muy poco tratado hasta la fecha:

 

Vivimos en la actualidad probablemente el periodo donde los remakes, las secuelas, precuelas, reboots, spin-off  y demás variaciones en torno a una película original, son más frecuentes. El hecho de que este tipo de filmes inunden nuestras carteleras seguramente es achacable a una falta generalizada de nuevas ideas y a los intereses comerciales de las productoras, que priman sobre cualquier otra consideración. Sin embargo, tal aluvión de versiones no se ha visto reflejado en un aumento de los estudios teóricos acerca de dicho fenómeno. De hecho, las referencias bibliográficas sobre del tema son más bien escasas; algo que, en parte, se quiere remediar con este trabajo. Con un libro sobre el “autoremake” (palabro que se acuña para designar a la versión de una película realizada por el mismo director que ya se encargó del proyecto original) que pretende ser divulgativo a la vez que didáctico; una obra adecuada no sólo para estudiantes o cinéfilos sino para cualquier amante del séptimo arte.

El Autoremake en el cine. ¿Obsesión o repetición? es un ensayo que contiene una aproximación teórica al autoremake para, enseguida, centrarse en el análisis de las distintas versiones de “Los Diez Mandamientos”, “La Marca del Vampiro”, “Dama por un día”, “Río Bravo”, “Objetivo Birmania” y otras grandes películas de cinco directores de cine (Cecil B. DeMille, Tod Browning, Frank Capra, Howard Hawks y Raoul Walsh), los que más se prodigaron con este tipo de producciones.

Es, por tanto, un trabajo crítico donde se habla de la actualización de filmes del cine silente al hablado; de la variación sobre un tema determinado como si fuera la reorquestación de una partitura musical; del mensaje moralista en dos épocas de posguerra y fundamentalismo religioso; de la dura pugna comercial entre dos majors (MGM y Universal); de la revisión de viejos éxitos en grandes formatos de pantalla, en technicolor, con rutilantes estrellas, todo para ganarle la batalla a la televisión... De todo eso y mucho más para desentrañar las motivaciones que empujaron a una serie de directores clásicos a repetir en más de una ocasión sus propias obras, de volver una y otra vez sobre éxitos anteriores.

 Como suele ser habitual en el blog, en las próximas semanas ofreceremos a los lectores un adelanto del libro en forma de entradas que aborden un capítulo, o parte de un capítulo. Sin embargo, en esta ocasión, serán los lectores del blog los que decidan qué parte del libro se quiere anticipar. Para ello, presentamos el Índice del ensayo (se puede pinchar en él para verlo mejor) y dejaremos que los comentarios, con vuestras peticiones, sean los que nos guíen para confeccionar las sucesivas entradas.


Un abrazo a todos.


martes, 11 de marzo de 2014

CENIZAS PARA UN BLUES: Primera reseña, fotos presentación y cómo conseguir el libro

Algo más tranquilos después de la presentación, hoy traemos al blog una breve reseña de Pedro Luis Ibáñez Lérida:


"Fernado de Cea comprime y exprime en su novela la mejor tradición del género negro atendiendo al eco norteamericano del maestro Dashiell Hammett. El carácter lacónico e impresionista, con pocos detalles en las descripciones, pero con un marcado acento cinematográfico, se aposenta como una lente en el rictus de la sociedad sevillana, espacio geográfico en el que se desarrolla la trama, para aproximarnos al precipicio de la ambición humana y el límite nebuloso de ley y justicia. Novela que nos descubre a un escritor que abunda en la significación de palabra e imagen. El sentido plástico de su escritura destila el inconformismo que alienta una escritura que esculpe personaje, carácter y ambiente en una misma talla. Una labor de precisión narrativa y calidad interpretativa"


De la presentación del libro, sólo decir que fue un acto muy entrañable, en un lugar tan acogedor como "La Carbonería", y con gran éxito de público, donde se habló de literatura y, claro, de cine:


La foto de la derecha es cortesía del blog "Mirada Verde"

Aquí se puede leer un avance del libro, el primer capítulo:



¿Cómo se consigue "Cenizas para un blues"?.- Se puede obtener por toda España en las siguientes librerías asociadas a la editorial Ediciones En Huida:
Librerías Asociadas
-Quizás la mejor alternativa, para los que no tienen librería asociada en su ciudad, es pedirla a la propia editorial (gastos de envío gratis) a través del siguiente correo electrónico:
ventas@edicionesenhuida.es
-También se puede adquirir a precio económico desde la página web de la editorial:
  Ediciones En Huida

Un abrazo a todos los lectores.



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